lunes, 4 de agosto de 2008

Montreal en general

MONTREAL, DÓNDE EL BILINGÜISMO ES FRIO

Montreal es una de esas ciudades a las que alguien de Barcelona nunca decidiría ir a visitar por motu propio. Y es que puestos a gastar los escasísimos dias de vacaciones que uno puede tener hoy en día, lo que menos quieres es gastarlo en alguna ciudad que no tenga un atractivo excepcional, sobretodo cuando te queda el 99% del mundo por descubrir.

Hay que añadir, además, que la ciudad en cuestión me pilla al otro lado del charco, y sinceramente, si por la ciudad fuera, antes visito mil veces Nueva York que visito una vez Montreal. Y es que las ciudades canadienses, como el mismo país en sí, viven tan a la sombra de Estados Unidos, que a veces nos olvidamos de un país que por extensión debería de ser una megapotencia mundial, como se merecería el segundo país más grande del mundo, aunque solo con 30 millones de habitantes, y es que el frio es muy frio.

Montreal es una ciudad heredera de lo que el mismo país simboliza, ya que Canadá nace como una unión entre antiguas colonias francesas y británicas y así Montreal es uno de los símbolos del bilingüismo y de la convivencia entre dos culturas tan diferentes como la francesa y la británica.
Montreal es una ciudad de origen francés, situada a al norte del Estado de Nueva York (desde Albano yo tenía unas 5 horas en Greyhond) y que destaca por su ambiente universitario.

Y eso es lo que me llevó allá, su ambiente universitario. Cuando un "latino" lleva un mes en una megauniversidad americana viviendo en un campus de no se cuantos miles de jóvenes, el 99% de los cuáles hombres, tiene una tendencia a escapar que no se puede ni explicar. En mi caso escapé cual ave migratoria, hacia el norte, hacia Canadá, ya que por lo que mis amigos decían, dejaba el infierno para entrar en el Edén.

Y esa, amigos mios, es la razón por la que un Barcelonés de pro acaba teniendo sus propias experiencias en Montreal.

Montreal es una ciudad no excesivamente grande (3,5 millones de habitantes), diría que de un tamaño similar a Barcelona, que destaca, y tened en cuenta que soy catalán… por su doble cara: la anglófila y la francófona. Esta característica marca la ciudad, o mejor dicho, la región del Québec de tal manera que todo lo que puedas interpretar o entender sobre la ciudad se ve muy marcada por esta característica. Tan solo hay otro factor tan importante para la ciudad como su bicultura, y es su clima, el frio, sin duda hace que la vida en Montreal sea de una manera y no de otra.

La ciudad, marcada por el Monte Real en medio de la isla (porque Montreal es una isla por si no lo he dicho que no creo :p) que lo oxigena cual central park en Nueva York. Tiene dos facciones universitarias muy importantes: Universidad McGill (que imparte sus clases en inglés) y la Universidad de Montreal (que lo hace en francés). Viví ambos ambientes universitarios ya que tenía un amigo en cada una de ellas y puedo decir que los jóvenes se lo pasan igual de bien en cualquier universidad, ya que el ambiente de la ciudad es el que manda sobre las facciones idiomáticas. Lógicamente, por cuestiones idiomáticas, y teniendo en cuenta que no hablo nada de francés, me entendía mejor con los de McGill, ya que la mayoría de estudiantes de la francesa tenían más problemas para hablar en inglés.

Como ciudad universitaria está muy bien, y el ambiente está "incrustado" en el centro de la ciudad, sin campus, y eso ayuda un montón, ya que no se dispersa por ahí. Si alguien está pensando en tener una experiencia de estudios en Montreal que no se lo piense 
Eso sí, si coincide en invierno va a sufrir. Montreal llega a temperaturas muy extremas, yo he llegado a estar a 30 bajo cero (claro que mi Universidad en Estados Unidos era de por el estilo) y eso es mucho frio, casi insoportable, con unas nevadas muy bestias, totalmente impensables en España, ni en los pirineos ni nada, otro nivel :p

Así que un chaval mediterranio en ese clima sufre, afortunadamente la ciudad está muy preparada, y en todos lados hay calefacción, pero no solo eso, hay vida bajo tierra! Y es que los centros comerciales están debajo de los edificios, pasando a tener una especie de ciudad subterránea bien resguardadito del frio. Así que te puedes encontrar andando en mangas de camiseta cuando unos metros más arriba están rodando "El día de Mañana". Entre otras actividades, fui al Cine (a ver Signs, recuerdo) bajo tierra, qué experiencia más rara! :p Afortunadamente la película era en inglés, ya que si hubiese sido en francés la experiencia hubiese sido más rara todavía.

Quitando el factor climático, Montreal es una ciudad muy parecida a Barcelona, y me explico:

- En las dos ciudades conviven 2 lenguas oficiales y cada una de las lenguas simboliza una cultura diferente. Eso crea 3 tipos de personas, los radicales de un lado, los radicales del otro y los moderados independientemente del lado del que estén
- Las dos ciudades son ciudades olímpicas, y eso se nota, por las infraestucturas, por la cultura de deporte que se tiene, por el ambiente joven, etc.
- Serían las capitales de sus regiones en el caso de conseguir una utópica independencia, lo cual las convierte en capitales para aquellos que quieren la independencia.

Pero al final, lo que cuenta es que como en Barcelona, la mayoría de la gente está por encima de las disputas políticas y muestran una gran tolerancia por todo lo diferente.

Montreal es una ciudad en la que se ve poca gente mayor, ya que supongo que con estas temperaturas no pueden ni salir a la calle. A pesar de eso, soy de la opinión que en este país tan frío no hay gente mayor, ya que una vez llegan a la jubilación emigran hacia las cálidas tierras de Florida, ya que vivir con estas temperaturas puede llegar a ser muy difícil.

Comentar como anécdota y experiencia en Montreal, que en una de mis despedidas de la ciudad me entretuve, y tuve que coger un taxi corriendo ya que no llegaba a la salida del autobús. Cuando subí empecé a hablar en inglés y nada de nada, el conductor solo hablaba en francés, el tiempo apremiaba, no había muchos coches, el conductor me miró con cara de pena y… a base de señas, enseñar billetes y maletas llegué a hacerle entender que quería ir a la estación de autobús.

Fueron los 10 minutos más largos de mi vida, ya que no sabía si me llevaba a la estación de autobús, a la estación de trenes o al aeropuerto. Parece ser que al final me entendió bien ya que me dejó de fábula. Lo más curioso todavía es que durante el trayecto estuvimos conversando, así que con una palabra en castellano, una en catalán, otra en castellano y así, resulta que aprendí a hablar francés en un taxi ;)

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